Tipo de juego: Lucha
Presentación: En caja (sin manual)
Condición: Usado-semi nuevo
El juego nos presenta a un señor infernal que llega para dominar todo el Inframundo, consiguiendo una horda de trasgos bajo su mando para enfrentarse a otros demonios y monstruos que también luchan por mantener su reinado. El argumento se desarrolla mediante viñetas de cómic animadas con subtítulos traducidos al castellano. Las ilustraciones son bastante bonitas, con un estilo muy elegante teniendo en cuenta que muestra demonios y toda una serie de criaturas poco agraciadas físicamente. Los diálogos tienen su gracia, aunque la historia es quizás lo de menos en esta aventura.
La jugabilidad se basa más en controlar a nuestro ejército que a nuestro diabólico espíritu, aunque él sí aparece en combate y cuenta con una barra de vitalidad. Si tenemos que hacer uso de sus habilidades es porque realmente estamos en una situación apurada. El grupo de trasgos o diabillos comienza con varias decenas pero a medida que avanzamos en el juego su número se verá incrementado gradualmente hasta 100, y a cuantos más tengamos a nuestro servicio, más daño creamos y más bajas podemos soportar. No todos los trasgos serán idénticos en habilidad, puesto que sus diferencias son las que añaden variedad de ataques.
Las clases disponibles son soldados, los lanceros y los magos. Los primeros, que son con los que comenzamos las primeras rondas, saltan sobre los rivales y cuando tenemos muchos se activa una pulsación de botón para crear un ataque devastador llamado exterminio capaz de matar a grandes rivales de un golpe, aunque lleva unos cuantos segundos activar el movimiento. Los lanceros utilizan como su nombre indica una lanza y alcanzan a rivales a mayor distancia, aunque debemos apuntar muy bien puesto que atacan justo en nuestra línea recta. Los magos en cambio pueden dañar a las criaturas protegidas, aunque hay que cargar su magia. Con un botón pasamos a ordenar cada tipo de clase, y todas serán necesarias según el tipo de demonio al que nos enfrentemos o las trampas del escenario. También es posible ordenar formaciones que mejoran nuestros ataques, la velocidad o la defensa. Te sentirás como un centurión romano dispuesto a arrasar con todo el Infierno sin apenas tener práctica en juegos similares, en ese sentido es muy accesible.